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El barrio porteño de Liniers cumplió 148 años

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“La Junta de Estudios Históricos del barrio de Liniers, dada la situación que todos conocemos, va a ser el día viernes dieciocho, el mismo día del barrio de Liniers una reunión zoom, para recordar esto principalmente. Generalmente esta recordación la hacemos en el santuario de San Cayetano, que es nuestro lugar fundacional porque de allí surge la idea de ponerle este paraje de la pampa en el año mil ochocientos setenta y dos, el nombre, a una pequeña apeadero para el ferrocarril en el barrio de Liniers”, contó Nelly PAREJA, Presidente de la Junta de Estudios Históricos del barrio porteño de Liniers.

“La Junta de Estudios Históricos del barrio es una más de las más de cuarenta que tiene la Ciudad de Buenos Aires, nosotros no tenemos, somos una asociación sin fines de lucro que no tenemos una sede, nos reunimos en el bar Lisandro, que es el único bar antiguo que nos queda, que está en Lisandro de la Torre y Falcón, desde 1908, los otros han sido, lamentablemente demolidos, y bueno, nos dedicamos como todas las juntas de estudios históricos a buscar la historia, a investigarla y a difundirla, primero la historia del barrio, esa es nuestro principal objetivo, creo que es un fenómeno hasta el momento único en el mundo, no hemos encontrado otra ciudad con estas características”, indicó la integrante de la junta en diálogo con Roberto VILLALOBOS ATLAS y Cintia NEVES.

“Las juntas están federadas, hay una junta central de estudios históricos de la Ciudad, pueden buscar información en buenosaireshistoria.org. La historia del barrio de Liniers es un lugar de la pampa que a mediados del siglo diecinueve su propietaria fallece y deja, era soltera, María Mercedes de Córdoba, deja una parte de un campo que hereda por cuestiones familiares, se la deja a las hermanas del divino salvador, sabemos es una casa de las más antiguas de la Ciudad. Esta donación de tierras que recibe porque María Mercedes de Córdoba era vecina, solía acudir como tantas mujeres a la casa de ejercicio, están destinadas estas tierras a ser como una casa de verano, porque ya existían arrendatarios que se habían vencido los contratos y seguían ocupando la tierra, en fin, hasta que se hace una casa de ejercicios de verano, una escuela rural de niñas que inauguran en mil ochocientos setenta y cinco y una pequeña capilla dedicada a San Cayetano, así está el barrio desde mil ocho setenta y cinco, villa Liniers, en realidad era un paraje en el medio de la pampa, en mil ocho ochenta y dos surge la primer pulpería, eran quintas, chacras, atravesadas por el ferrocarril desde mil ochocientos sesenta más o menos, cincuenta y nueve, sesenta, cuando ya el ferrocarril llega hasta lo que hoy es Ramos Mejía”, explicó PAREJA en el aire de www.radioorion.com.ar, en dúplex con AM 690 y más de 35 retransmisoras asociadas a la red orión.

“El origen del nombre es que se pide una parada, un vecino, Francisco Sosa, destina parte porque justo pasaba por su tierra, por su quinta, el ferrocarril, dona la tierra con tal de que haya una parada, y bueno, las hermanas piden que el nombre sea Liniers porque cuando Liniers era virrey, ayudo mucho a la Santa Casa de ejercicios, es la que los porteños conocemos ahí en Salta e Independencia. Y bueno, de ahí el barrio es Pampa, son quintas, chacras, pequeñas estancias hasta que a principios del siglo veinte el ferrocarril, además de ferrocarril del oeste, además de ferrocarril tiene que trasladar sus talleres ferroviarios, porque los talleres de reparaciones ferroviarias lo tenían en la zona sur, y por una cuestión de ordenamiento de las líneas, les piden que sean trasladados los talleres ferroviarios y bueno, compran parte de una estancia que era la estancia la paz, y trasladan los talleres ferroviarios de Tolosa, cerca de la Plata a lo que era Villa Lynch. El gran cambio se da con los obreros ferroviarios, ya había habido algunos loteos, cerca de donde estaba la iglesia, y el apeadero que de a poco se convirtió en lo que era estación de cargas, después de pasajeros, pero la explosión del barrio se va a dar con la llegada de los talleres ferroviarios”, dijo en la producción declarada de Interés para la Comunicación Social de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Te diría que somos ocho, nueve personas. La junta de Liniers hace veinte años que organiza un concurso literario con temas referidos al barrio, a la identidad barrial, que en realidad se inicia el concurso para crear conciencia de la preservación del patrimonio, justamente de los talleres ferroviarios, por eso, el primer concurso literario fue entre trenes y tranvías. También convocamos a los artistas plásticos del barrio, en ese entonces, estoy hablando de hace, porque la ley que protege los talleres, ya cumplió veinte años. También hicimos convocando a los artistas plásticos, muestras donde pintaron, hicieron hermosos cuadros con distintas técnicas relacionadas con los talleres, se hicieron muestras fotográficas, convocamos a fotógrafos, que mostraron el valor que tenían los talleres ferroviarios, convocamos creando conciencia del patrimonio, últimamente lo que estamos viendo es que lo que más les interesa a los vecinos es poder recorrer el barrio y que le expliquen los distintos lugares, que paso, quien vivió, que significa tal construcción, cual es su valor patrimonial. Estamos haciendo bastantes recorridas”, concluyó.

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